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No quiero que nadie confunda esto con muchos de los otros blogs que hay que invitan a que uno quiera ser anoréxico o bulímico. Yo solo intento contar lo que no he podido contarle a nadie. Todo el mundo te juzga hagas lo que hagas, y preferiría poder desahogarme en un lugar donde pudiera ser yo misma sin necesidad de temer a cambio unos comentarios críticos del resto de la gente.
No creo que yo sea capaz de atraer a alguien al mundo de Ana y Mia, pero en el caso de que suceda, lo lamento, pues no era mi intención. Solo intento demostrar que esto puede parecer atractivo para gente descontenta con su cuerpo visto desde un punto de vista externo, pero si lo vives en primera persona, las cosas cambian.

No dejes que se apodere de ti.

No dejes que se apodere de ti.
Tú vales más que una imagen.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Felicidad

Me sorprende la forma con la que mi forma de pensar ha evolucionado durante todo este tiempo. En junio, cuando yo leía esos blogs con tips, e incluso seguía alguno. Y ahora, que cierro los ojos con fuerza y deseo no haberlos visto nunca.
Yo sólo fui una de esas que se dejaron arrastrar por las demás. Que esperó a ver qué sucedía. Y por culpa de quedarme mirando como esta enfermedad me comía por dentro y no actuar, estoy ahora donde estoy, y me va a costar muchísimo más volver a ser la de antes. Bueno, la de antes no, porque creo que nunca podré ser la misma, pero al menos, alguien con libertad a la hora de pensar.
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Ayer le confesé a un amigo que llevaba un blog. Confío en él completamente. Ha sido quien ha visto también como iba cayendo en las garras de la anorexia, y que me decía continuamente que estaba bien, que no necesitaba adelgazar... y yo no le hacía caso. Porque es difícil creerte lo que dicen los demás cuando tu piensas algo completamente opuesto. Algo que me gusta de él es que acepta como soy. Tengo otros amigos que me quieren, pero que no soportan esta cara de mí. Que les entran ganas de arrancarme la cabeza cuando se enteran de lo que he hecho, de que estaba matándome a mí misma por la imagen. Pero él me respeta.
Es complicado encontrar a gente así, pero una vez lo has hecho, sabes que merece la pena, que no te van a abandonar por mucho daño que les hagas. Son unas de las cosas que hacen que salir de esto sea más sencillo.
Así que en lugar de dar trucos para adelgazar, prefiero dar consejos para salir de la anorexia. No creo ser quien para hacerlo, pues ni soy una experta en el tema ni he conseguido escapar de ella. Pero puedo comentar lo que yo creo que me ayuda a sentirme viva, en lugar de vacía como la enfermedad hacía (y desgraciadamente, hace) que me sienta.

Me rodeo de ése tipo de personas, que todas saben mi problema y que dan su opinión cuando se la pido, y que cuando estoy mal, me intentan dar razones para seguir adelante. Personas que no me traicionarían aunque fuera un monstruo.
Procuro cuidarme. Cosas como ponerme cremas para quitarme espinillas, depilarme para tener las piernas bonitas, escoger ropa que me siente bien... algo que me sucedía muchísimo antes era que me olvidaba de todos esos detalles. A veces estaba tan hundida por verme gorda que no pensaba que quizás estaría mejor si me lavara el pelo y me lo desenredase, si me cortara las uñas y las pintara en lugar de mordérmelas. Esas cosas que puede que no se noten mucho por si solas, pero que pueden hacerte sentir mucho mejor todas juntas, porque pueden hacer que te veas radiante. Quizás gorda, pero radiante al fin y al cabo.
Intento no perder las ganas de hacer cosas. Antes me sucedía muchísimo más. Nunca tenía ganas de nada, ni siquiera de cosas que le divierten a la mayoría de la gente, como verse con los amigos en el cine, o jugar a la consola, ver mis series favoritas... Ahora intento obligarme un poco a hacerlas. Si mi amiga me llama y dice que quiere quedar conmigo, yo digo que sí aunque no me apetezca, porque sé que eso hará que me olvide un rato del peso y acabaré pasándomelo bien con ella. Nunca hay que dejar que se pierdan las ganas de vivir.
Me doy caprichos. Cuando me gusta algo, me lo compro. Soy más feliz así. Y me importa un bledo si el resto de la gente piensa que esa camiseta que tengo desde el otro día es horrible, porque a mí me gusta y eso es suficiente para mí. Hay que ser algo egoísta y dejar que la gente piense lo que le dé la real gana pero sin llegar a hacerles caso. ¿Qué más dará si ese color está pasado de moda? ¿Si ese peluche parece un feto? A mí me gusta, y lo que tú creas está lejos de influir en mi opinión.
Puede que lo más importante sea reconocer que tengas un problema. Y proponerse solucionarlo. Pero no de la manera dócil con la que lo intento resolver yo, sino queriendo hacerlo. Esforzarse al máximo para expulsar esos pensamientos malos de la cabeza.

Con esto he querido decir que una no ha de deprimirse. Claro, todos tenemos algún día en el que no estamos bien y nos hemos levantado con el pie izquierdo, no importa. Hay que tener días malos para saber apreciar los buenos.
Pero esta enfermedad no se vence con pastillas. Ni con dietas. Ni perdiendo o ganando peso.
Se vence queriéndose a una misma, mimándose, y, sobre todo, con una sonrisa.

:) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) Así que sonríe :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :) :)

1 comentario:

  1. creo qe este es muy bueno!

    leelo cada vez qe te sientas mal
    porque es algo qe salió de ti!!
    es algoo qe tú pensaste, que tu escribiste... y por lo tanto puedes escuharl, puedes seguirlo cada que te sientas deprimida.

    :) acuerdate de eso que tu misma dices... SIEMPRE sonríe :)

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