.

No quiero que nadie confunda esto con muchos de los otros blogs que hay que invitan a que uno quiera ser anoréxico o bulímico. Yo solo intento contar lo que no he podido contarle a nadie. Todo el mundo te juzga hagas lo que hagas, y preferiría poder desahogarme en un lugar donde pudiera ser yo misma sin necesidad de temer a cambio unos comentarios críticos del resto de la gente.
No creo que yo sea capaz de atraer a alguien al mundo de Ana y Mia, pero en el caso de que suceda, lo lamento, pues no era mi intención. Solo intento demostrar que esto puede parecer atractivo para gente descontenta con su cuerpo visto desde un punto de vista externo, pero si lo vives en primera persona, las cosas cambian.

No dejes que se apodere de ti.

No dejes que se apodere de ti.
Tú vales más que una imagen.

domingo, 23 de enero de 2011

avances.


Ya no pienso nunca en la comida. Supongo que eso es un paso, ¿no? No hago cuentas en mi cabeza de calorías, ni me peso en las farmacias a escondidas. Aún así, me corto muchísimo más que antes, y me planteo el suicidio más veces. Eso me asusta.

Una psiquiatra dijo que tenía un trastorno depresivo mayor. Quizá yo necesite algo más que vigilancia a la hora de comer.

No sé qué debería hacer. Yo me dejo llevar. Pero quizá me canse de avanzar en algún momento.


Cuando yo estuve ingresada en el hospital, me percaté de que era una cárcel. Había una preciosa cámara vigilándome siempre y una mirilla en el baño. Las reglas eran bien estrictas: comer en 40 minutos, absolutamente TODO lo del plato (hasta beberse el aliño de la ensalada). Luego reposar durante una hora en comidas y cenas o media hora en desayunos y meriendas, sin hacer NADA.

Estuve un mes allí. Y no quiero volver nunca.

No me malinterpretéis. Hay gente que sí que lo necesita. Pero eso no era para mí. No quiero asustar a nadie que vaya a ser ingresado ni nada. Ya sabéis, esta enfermedad es muy diferente en cada uno de nosotros, y por eso mismo, es difícil de curar. Pero tengo la esperanza de que lo conseguiremos. Ya se sabe el dicho: la esperanza es lo último que se pierde.


Creo que algo importante para curarse es no pensar en la enfermedad. No pasarse TODO el día en webs de internet como la mía propia. Supongo que si lo piensas con detenimiento, es como contraproducente para mí decir eso, porque estoy diciendo que no entréis tanto en mi blog y tal, pero es por vosotras. Creo que un gran paso para dejar de estar obsesionada es dejar de incitar el que se piense siempre en eso.

Desde aquí yo doy fuerzas a todo el que lea esto de que siga adelante. Supongo que no es demasiado, pero es todo cuanto puedo ofrecer.

domingo, 16 de enero de 2011

sábado, 15 de enero de 2011

Es impresionante el poder que tienen las palabras. Un libro puede hacerte reír, llorar. Un "lo siento" puede limpiarte por dentro. Un "te quiero" puede cambiarte la vida.

Las palabras también sirven para expresarse. Cuando estás sufriendo por dentro, tienes que decirlo. El dolor no puedes guardártelo, porque si lo haces, acaba saliendo por otro lado.
Después de estar rodeada de imbéciles vestidos con batas blancas que se atreven a llamarse "psicólogos", he descubierto que yo he estado así de mal porque me he pasado 3 años enteros sin hablar sobre mí con nadie. Nunca he dicho lo poco que me gustaba mi cuerpo. Ni mi personalidad.

Me arrepiento de contarle mi problema a mis padres, pero creo que era lo correcto. Quizá ya no pueda ayunar, vomitar...
Pero era algo que no estaba bien. No me llevaba a ningún sitio.
Porque es verdad que no quería engordar. Que mi motivación era adelgazar, y eso era lo único que me importaba. Pero yo no me daba cuenta de que eso sucedía. No me veía en el espejo realmente flaca. De hecho, solo veía grasa por todas partes. Ahora que peso unos diez kilos más, que me han ingresado y que me he dado cuenta de qué es lo que me ha sucedido realmente, creo que eso no funcionaba. Era una forma de suicidarme, se podría decir.

Hay que pararlo antes de que llegue muy lejos. Esto se va de las manos fácilmente. Cuanto antes se deje de hacer esas cosas, mejor. Porque solo trae problemas.

sábado, 8 de enero de 2011

Crisis.

Todos tenemos derecho a un bajón.
Aquí llega el mío.

El otro día encontré un cúter. Tuve los horribles impulsos de llevármelo. Realmente, no sé quién está leyendo esto, pero no le recomiendo el uso que le doy ahora mismo.
Necesito desahogarme. Quizá así pueda volver a la normalidad y dormir. Mañana será otro día.

¿¿Pero a quién pretendo engañar?? El lunes habrá que volver al hospital. Y todo será como era antes.

Acabo de discutir con la hermana de mi novio. Ella sabe de mi trastorno, y no ha dudado en atacar con ello. No era más que un argumento para vencer en una discusión. Pero lo ha conseguido. Ahora estoy llorando.

Si el mundo que construiste tan delicadamente resultó ser una enfermedad y no tardó en derrumbarse, y ahora que intentas montarlo de nuevo como un lugar normal, sin calorías, vuelve a venirse abajo continuamente... ¿dónde vas a vivir?

martes, 4 de enero de 2011

Cambios

Últimamente he cambiado completamente quien soy físicamente. Ya no solo porque ahora me controlan y tengo que ir al hospital de lunes a viernes de 1 del mediodía a 9 de la tarde y he engordado mucho, sino también por otro tipo de cosas. Me he teñido el pelo y he cambiado la ropa que llevo y el peinado. Ahora me pinto las uñas como me gusta, no los colores que le encantan a mi madre. La verdad es que me gusta un tipo de ropa muy determinado y raro, cosas que quizá a nadie se le ocurre combinar. Ahora voy como me da la gana.

No sé si estoy cambiando porque estoy superando esta enfermedad, está saliendo lo que soy yo sin anorexia, bulimia y depresión; o si simplemente, pretendo ser otra persona.