.

No quiero que nadie confunda esto con muchos de los otros blogs que hay que invitan a que uno quiera ser anoréxico o bulímico. Yo solo intento contar lo que no he podido contarle a nadie. Todo el mundo te juzga hagas lo que hagas, y preferiría poder desahogarme en un lugar donde pudiera ser yo misma sin necesidad de temer a cambio unos comentarios críticos del resto de la gente.
No creo que yo sea capaz de atraer a alguien al mundo de Ana y Mia, pero en el caso de que suceda, lo lamento, pues no era mi intención. Solo intento demostrar que esto puede parecer atractivo para gente descontenta con su cuerpo visto desde un punto de vista externo, pero si lo vives en primera persona, las cosas cambian.

No dejes que se apodere de ti.

No dejes que se apodere de ti.
Tú vales más que una imagen.

viernes, 17 de septiembre de 2010

"El suicidio es la acción cobarde que solo realizan los valientes"

Me siento muy pequeña en este mundo. Como si el resto de cosas fueran gigantes y me hicieran sombra continuamente. Además, me noto muy joven. No sé cuántos años tendréis vosotros, pero yo no llego a los 18. No diré exactamente mi edad igual que no pongo en realidad mi verdadero nombre, pero me parece muy triste que sin llegar a ser mayor de edad ya esté tomando antidepresivos, tranquilizantes y hierro para la anemia. Además visito el hospital muy de cuando en cuando... cualquiera diría que soy una abuela en lugar de una adolescente.
A veces es bonito ser así de chiquitita. Las cosas se ven mejor, te fijas más en los detalles y las contemplas con mayor admiración ahora que las obserbas con detenimiento. Puede que sea algo complicado de explicar con esa metáfora, pero me refiero sobre todo a que, después de haberlo visto todo negro, quizás verlo todo "gris" me parece el paraíso. Ahora veo la belleza en todas partes. Desde en una simple hoja hasta una diaria puesta de sol. Claro está, en todas partes menos en mi propio reflejo.

Hoy leí en el libro de una asignatura mía que mi cumpleaños cae en el día de prevención del suicidio. 10 de septiembre. Ayer publiqué una entrada algo deprimente.
No quiero promocionar la muerte voluntaria, ni mucho menos. Comprendo que algunas personas decidan llevar su vida al fin. Hay algunas que no soportan el sufrimiento y no pueden luchar contra esto.
Hay que ser fuerte y vencer la anorexia. Porque no es otra cosa que una guerra contra una misma. No es nada más que un laberinto del que cuesta escapar. Pero cuando salgamos de él, lo veremos todo más bello. En mi opinión, valoraremos más nuestro cuerpo después de haberlo despreciado tanto y aprendido a querernos tal como somos. No nos fijaremos en esos pocos kilos de más que ahora pueden parecer llamativos. Haremos como que no hemos visto esas espinillas, granos, moretones, o cualquier otro defecto, porque nos dará igual. ¿Para qué mirar los fallos si tenemos virtudes? Vale, a lo mejor no somos tan altas como las famosas, a lo mejor no tenemos unos ojos vistosos y hermosos, a lo mejor tenemos unos huesos anchos... pero ¿qué más dará? Una debería sentirse orgullosa de ser ella misma, porque no hay nadie más igual.
A todas vosotras o vosotros, os animo a que sigáis peleando por ser libres de estas cadenas. Somos humanos y cometemos errores, cierto, y haberse preocupado tanto por la imagen es uno de ellos, pero aprendemos a no volver a cometerlos. No hay que tirar la toalla nunca, por muy atractiva que pueda ser esa idea.
Vamos a vencer a esta enfermedad, aunque nos cueste todo el esfuerzo del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario