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No quiero que nadie confunda esto con muchos de los otros blogs que hay que invitan a que uno quiera ser anoréxico o bulímico. Yo solo intento contar lo que no he podido contarle a nadie. Todo el mundo te juzga hagas lo que hagas, y preferiría poder desahogarme en un lugar donde pudiera ser yo misma sin necesidad de temer a cambio unos comentarios críticos del resto de la gente.
No creo que yo sea capaz de atraer a alguien al mundo de Ana y Mia, pero en el caso de que suceda, lo lamento, pues no era mi intención. Solo intento demostrar que esto puede parecer atractivo para gente descontenta con su cuerpo visto desde un punto de vista externo, pero si lo vives en primera persona, las cosas cambian.

No dejes que se apodere de ti.

No dejes que se apodere de ti.
Tú vales más que una imagen.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Morir

La manera más sencilla es terminarlo todo de golpe. No sólo hay dos caminos, ingresar o aguantar. Está la tercera opción, la más definitiva de todas.
Luchar contra esta enfermedad nos va a fortalecer. Va a enseñarnos, por decirlo de alguna manera, a no fijarnos tanto en lo externo y centrarnos más en cómo son las cosas por dentro. El verdadero problema es que esto sólo pasa si consigues ganar la batalla contra la anorexia. Creo recordar que era el 60% de gente el que la superaba. Es la mayoría, pero casi la mitad, y sigue siendo probable no ser de los que acaban bien. El resto padecerán esto hasta el resto de sus días o morirán.
Sólo es un porcentaje, pero era una manera de introducir lo que quería decir. ¿Merece la pena seguir existiendo si no eres feliz? ¿Si estás todo el tiempo deprimida porque no te consigues ver bien en el maldito espejo?

No voy a mejor. De hecho, cada vez estoy peor. Me siento más gorda por momentos, y por lo tanto, más desgraciada. Ojalá no me sintiera peor por cada kilo que gano, pero es así, es una parte de mí de la que me avergüenzo, pero cuya existencia no puedo negar.
Y creo que cada vez ocupa más parte de mi mente. A veces me he llegado a agobiar por el mero hecho de no poder pensar en otra cosa. A veces he pensado en suicidarme.
Pienso en todo lo que dejaré a atrás si lo hago. Mi novio acabaría destrozado, como mis amigas y familiares. Pero quizás es la única manera de que pueda liberarme de este problema, de esa voz que me critica cuando ve mi reflejo.
¿Merecería la pena ser del 30% que cronifica la enfermedad? ¿Merecería la pena?
Me siento sola, rara y fuera de lugar. Es como si hubiera sido un ángel y hubiese vivido en el cielo durante muchos años y de repente me hubieran cortado las alas y me hubieran mandado al infierno.Estoy en una habitación cuadrada, y las paredes se mueven hacia mí, dejándome cada vez menos espacio.
¿Podré escapar de este lugar antes de que me aplasten sus cimientos?

1 comentario:

  1. sin comentarios yo creo que grasias aty he aprendido lo que es esto y te doy las grasias xk me abriste los ojos a tienpo hantes de caer mas bajo graxias..

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